lunes, 1 de septiembre de 2008

Rafaela, somos los mismos de siempe


Anoche, cuando escasos minutos habían pasado de las 21:00 hs., el estadio Monumental de Atlético de Rafaela se convirtió, durante casi dos horas y media de delirio rockero, en la mismísima garganta del diablo.
No sólo por la presencia incontenible de un "Chizzo" que, atronador desde su vozarrón lúgubre, marcó el pulso de los quince mil fanáticos que llegaron desde diversos puntos del país. Sino también, y sobre todo, porque en el imponente escenario se representó una caverna sangrante que tiñó de rojo el espíritu de una banda ya histórica para el rock nacional.
Así,junto a la máquina trituradora viviente en un "Tanque" devastador apostado en la batería, y a la adrenalina de "Tete" para correr un escenario cuya boca se extendió en dos pasarelas desplegadas a lo largo de cincuenta metros, "Chizzo" comandó los acordes y la distorsión de un mar rocanrolero que nunca dejó de extender sus remolinos hacia el público.
Una fiesta desatada en el centro de la boca del lobo.Repasando canciones de casi todos sus discos y manteniendo un nivel altísimo de entrega desde el escenario, "La Renga" demostró ser la principal banda de aquel "rock chabón" de principios de los '90, y quizás la única que logró trascender sus propios límites. Hoy, el universo musical y poético del grupo es, por lejos, mucho más amplio y tanto más rico de lo que se encorsetaba en sus inicios bajo el rótulo y la mitología del barrio, la esquina y la birra. En un repertorio que fusionó a la perfección los momentos de euforia con algunos remansos llegados desde un par de roncas baladas heavys, sobresalieron "El baldío" y "Ruta 40", dos temas poderosos que les dieron a los miles de "rengos y rengas" la posibilidad de desatarse en pogos memorables.Indudablemente, la estampa de "Chizzo" fue el imán que atrajo todas las vibraciones de la noche.
"Vamos a demostrarle a Rafaela, que estaba tan temerosa por recibir a un público de rock, que podemos portarnos bien.Es cierto que tenemos nuestras cositas, pero... ¿quién es perfecto?", lanzó el cantante con adorable ironía, y sus fieles seguidores respondieron al unísono aprobando la palabra sagrada. Sobrio, duro por momentos, pero siempre reconcentrado y entregándose al límite de su energía, el líder apareció una vez más como ese chamán del rock nacional capaz de bajar una verdad patente, al menos, durante algunas horas.
Para el final y ya en tiempo de bises, llegó lo mejor: una sucesión de tres hits insuperables como "El león", "El revelde" y "La razón que te demora", ese verdadero himno con el que "La Renga" suele cerrar sus recitales. Y, también, la última sentencia de "Chizzo" para sus tribus:"ustedes son lo más importante; por favor, vayámonos en paz".

gentileza de los amigos de www.rocknoticias.com.ar

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