Como todo señor mayor, Mick Jagger tiene derecho a jubilarse. El cantante de los Rolling Stones celebra su 65º cumpleaños, con lo cual –gracias a la ley británica– ya está en condiciones de solicitar a las autoridades la pensión que le corresponde: unas 91 libras esterlinas (180 dólares) por semana.
Cabe aclarar que, aunque todo esto es cierto, no se trata más que de una humorada, dado que el artista es dueño de una de las fortunas más grandes del mundo de la música (285 millones de euros, nada menos), y difícilmente necesite de esa suma para vivir.
En vez de cobrar la jubilación y darle de comer a las palomas en la plaza, Mick sale a correr todos los días, mantiene su estilo de vida noctámbulo y, por suerte, continúa subiéndose habitualmente a los escenarios, desperdigando la energía incontenible que se le ve, por ejemplo, en la reciente película Shine a light.
De todos modos, si de estilo de vida rockero hablamos, su compañero Ron Wood parece haberlo superado en el rubro descontrol, dado que a los 61 se fugó con una camarera de 18 y volvió a internarse para rehabilitarse de su alcoholismo.
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